Todo el día bajo el sol,
bajo los verdaderos bochornos de calor,
sin sombra,
casi sin comer todo el día y
yendo a los baños más exóticos o naturales posibles.
Observando y conversando con la pobreza extrema.
¿Se sufre? Sí
¿Nos gusta? Sí
En viajes de trabajo así, el sufrimiento se mezcla con el placer, hasta que se confunden y ninguno de los dos existe.
El mundo elimina los polos opuestos y no existe ni el goce ni la tristeza.
Porque mientras haya unidad, nos eliminamos el uno al otro hasta fundirnos con el universo.